Michael Ende nació en 1929 y creció con el nacionalsocialismo. Padeció la tragedia de la guerra, experiencias que contribuyeron a afianzar el anhelo de belleza, humanidad y armonía que refleja en su mundo de fantasía.
Ende, que había estudiado en la Escuela de Teatro de Cámara de Munich y fue actor profesional y crítico de cine, se dedica por entero a la literatura en la década del 60.
Sus obras más recordadas son
Momo (donde los personajes malvados roban el tiempo a las personas) y
La historia interminable.Fragmento de
“La historia sin fin”- No moriré tan fácil, soy un Guerrero.
- Si eres Guerrero, pelea con la Nada.
- Lo haría, pero no pude cruzar los límites de Fantasía. (Gmork rió estrepitosamente).
- No le veo la gracia.
- Fantasía no tiene límites...
- Eso no es cierto, mientes!!!
- Niño tonto, no sabes nada de la historia de Fantasía. Es el mundo de las Fantasías humanas. Cada parte, cada criatura, pertenecen al mundo de los sueños y esperanzas de la humanidad. Por consiguiente, no existen límites para Fantasía...- ¿Y por qué está muriendo entonces...?
-Porque los humanos están perdiendo sus esperanzas y olvidando a sus sueños. Así es como la Nada se vuelve más fuerte.
- ¿Qué es la Nada?
-Es el vacío que queda, la desolación que destruye este mundo y mi encomienda es ayudar a la Nada.
- ¿Por qué?
-Porque el humano sin esperanzas es fácil de controlar y aquél que tenga el control, tendrá el Poder.
En el ambiente de los años sesenta en Alemania reinaba la reivindicación a ultranza del realismo y de textos comprometidos socialmente. La crítica oficial afirmaba que sólo los libros de efecto didáctico en política y en la crítica social constituían la verdadera literatura. Todo el resto era descalificado como escapista o literatura de evasión. Sobre todo la literatura "fantástica". Algunas de sus novelas sin embargo fueron censuradas y varias galardonadas con los premios más prestigiosos al tiempo que se convertían en un impresionante éxito editorial y servían de base para películas de gran aceptación popular.
Pero lo más interesante es que estos cuentos, aparentemente inocentes o fantasiosos (“para chicos”) tienen un trasfondo completamente filosófico. Preguntar al Tiempo si es la Muerte, pensar en la infinita imagen de un espejo que se mira en otro espejo, o la misma idea de la nada, son cosas que dan que pensar.
Lo cierto es que en la época en la que vivimos no vienen nada mal volver a ciertas cuestiones que, aunque parezcan muy abstractas, tienen que ver o afectan el modo diario de conducirnos. Esperemos que
el Poder y la Nada no se apoderen de nuestra sociedad. Pensemos en el vocabulario acotado de los jóvenes que votaron por primera vez (que son muchos). Pensemos que
el lenguaje es claramente una herramienta para pensar y que si no se lo tiene, la dominación cultural, ideológica, la escasa representación democrática, el no poder advertir que a través de una falsa promesa les están comprando el voto, ganan terreno.
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la imagen pertenece al padre de Ende, pintor surrealista