Presentada como la revolución social en Internet, la llamada Web 2.0 ha permitido establecer un tipo de tecnología que ha ido extendiéndose ampliamente entre consumidores y usuarios durante los últimos cinco años. Las plataformas de redes sociales, como Facebook y MySpace, atraen hoy a más de 100 millones de visitantes al mes. Mientras que la popularidad de la Web 2.0 crece, las compañías van observando el intenso compromiso y creatividad del consumidor alrededor y hacia las nuevas tecnologías.
Es por ello que muchas organizaciones, interesadas en aprovechar la Web 2.0 desde adentro, están experimentando con las herramientas o, al menos, las están desplegando a modo de prueba.
Ante este panorama de promesas, que incluyen la interactividad, la colaboración y la generación personal de contenidos ¿por donde empezar?
Lo primero a tener en cuenta es que cada herramienta tiene un objeto distinto. Conocer en profundidad su naturaleza y funcionalidades es lo que permitirá vincularlas con los objetivos de negocio. En principio es conveniente hacer foco en ellos y dejar que dirijan la estrategia tecnológica. Luego, elegir la herramienta que mejor se adapte a ellos.
La estrategia tecnológica que asegure la presencia con éxito y diferenciación de la empresa, marca o negocio con la Web 2.0 requiere de innovación, creatividad, credibilidad y cuidados. Asimismo, conocer qué tipo de usuarios hay en cada medio, la naturaleza de los mensajes que se envían, la capacidad viral de cada herramienta y estar preparados para responder y gestionar sus dudas o preguntas es fundamental.
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